Excelencia artesanal, sabor auténtico
En Panadería La Pureza llevamos toda la vida haciendo lo que mejor sabemos hacer: pan con alma. No es solo nuestro oficio; es una herencia que ha pasado de mano en mano, de padres a hijos, durante cuatro generaciones de panaderos y panaderas que han sabido conservar el respeto por los tiempos, las formas y los sabores de siempre.
Desde nuestro pequeño rincón en Coreses, en el corazón de la provincia de Zamora, cada jornada comienza muy temprano, cuando aún el pueblo duerme. El horno de leña se enciende como lo hacían nuestros abuelos, y con las primeras brasas comienza a gestarse ese aroma inconfundible que anuncia que algo bueno está por llegar.
Lo que nos distingue no es solo la receta, sino la manera de trabajarla: seleccionamos ingredientes naturales, los mezclamos con paciencia, amasamos a mano y damos tiempo a que cada masa fermente como se merece. Después, las piezas reposan, se miman, y finalmente se hornean en nuestro horno tradicional de leña. Ese proceso lento y respetuoso, casi ritual, es lo que convierte a cada hogaza, bollo o dulce en un pedazo de historia viva.
Aquí no usamos atajos. No hay prisa, ni máquinas que sustituyan el tacto del artesano ni el olfato de quien conoce el punto exacto de cocción. En La Pureza, el pan no es solo alimento: es memoria, sabor y verdad.
PRODUCTOS Y SERVICIOS
Y por eso seguimos aquí, haciendo pan como antes, con la certeza de que la tradición no se olvida, se honra. Quienes cruzan la puerta de nuestra panadería no solo buscan una barra de pan: buscan ese bocado que les recuerde a casa, a la infancia, al campo, al fuego y al olor de lo auténtico.
Bienvenidos a Panadería La Pureza, donde el pan todavía sabe a pan.
